Sin embargo, suspenderlo a la mitad no solo hace que el problema inicial regrese, sino que puede agravarse y terminar costando más tiempo y dinero.
Dejar un procedimiento inconcluso hace que, al retomarlo, se deba comenzar casi desde cero, con tratamientos más largos, complejos y costosos. Además, el dolor y la incomodidad pueden generar ansiedad y afectar la calidad de vida.
No interrumpas tu tratamiento odontológico. Completar cada fase garantiza resultados duraderos, evita complicaciones y te asegura una mejor salud bucal.
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